viernes, 15 de enero de 2016

El vacío que siento


Existen personas que se sienten incompletas y buscan en los otros llenar ese vacío existencial.

Son personas que emprenden muchas cosas, viajan, conocen nuevas culturas, realizan múltiples actividades, tienen varias relaciones, pero no sienten que nada les llene.

Son personas que buscan la aceptación de los demás, dejan de ser ellas mismas para convertirse en aquello que creen que deben de ser, en su preocupación de ser cómo los demás deseen, por miedo al rechazo, a no poder nunca llegar a tapar ese vacío que sienten.

Muchas veces no somos conscientes de la importancia que tiene para nuestra existencia nuestro pasado.

La forma cómo nos relacionamos hoy, cómo nos vemos está directamente relacionada con el cariño que recibimos durante nuestra infancia.

Hablamos de la Teoría del Apego, ya desde el momento en que se engendra el bebé, todas las emociones de la mamá, así como las acciones que realiza están condicionando la personalidad del niño.

Cuando nace es fundamental que el niño reciba las atenciones y el cariño necesarios para su desarrollo adaptativo.

Si la madre no es capaz de atender a las necesidades del niño, el niño puede aprender a no expresar emociones o sólo expresar las negativas.

En la medida en que nos vamos haciendo más mayores, de nuevo el tipo de mensaje que recibimos, sean mensajes positivos o negativos, cómo se nos expresan las emociones, va influir en cómo nosotros aprendemos que debemos ser y debemos de expresar.

Así llegamos muchas veces a la etapa adulta, con este apego inseguro, con una baja autoestima y sintiendo que debemos de tapar nuestro vacío interior desde fuera.

Quizás sea cuestión de dinero, de éxito, de reconocimiento profesional, de encontrar una pareja estable, el trabajo de mis sueños!

Pensamos que nos falta algo, que todavía no ha llegado o está por llegar, o lo peor: ¡que no llegará nunca!

El vacío que sentimos es un vacío de soledad, de falta de cariño, de necesidad de aceptación, del perdón, pero no del otro, si no de uno mismo.

El vacío de uno mismo, es un problema de autoestima, de búsqueda constante de perfeccionismo, de aceptación del otro, de múltiples personalidades, de huida o de ataque.

El vacío sólo se llena con el perdón de uno mismo, con mi propio valor y mi propia autoestima, con saber y aceptar que me equivoco, que me caeré muchas veces, qué sentiré tristeza en el camino, qué las cosas no me saldrán bien a la primera, que el error es aprendizaje y el fracaso el maestro.

Cuando sientas el vacío busca dentro de tí, porque en el intento de buscarte a tí, acabas haciéndote daño y también a los demás.

En mediación muchas personas no entienden por qué se han de separar si tienen sentimientos por el otro, no se sienten capaces de tomar decisiones, porque piensan que decidan lo que decidan siempre se van a equivocar y actúan siempre limitados por el miedo.

¡El vacío que sientes, lo debes de llenar desde el amor a tí mismo!


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