sábado, 18 de agosto de 2018

Sanar el alma: justicia restaurativa


Los Psicólogos sabemos mucho de corazones rotos, de vidas truncadas, de doler el alma. 

Cuando nos duele el corazón nos duele el alma.

El alma ha sido estudiada por los antiguos filósofos Platón, Sócrates, Aristóteles, hablaban del alma, se dieron cuenta que la mente y el cuerpo son uno, que en el corazón reside el alma.

Muchas canciones hacen referencia al alma "algo me duele en el alma cuando un amigo se va".

Lo emocional y lo espiritual se encuentran juntos, luego el dolor no desaparece si no se sana el alma.

En mediación cuando hablamos de justicia restaurativa debemos de tener en cuenta que necesitan las víctimas, el derecho a ser escuchadas y el derecho a saber.

En estos 20 años de profesión he escuchado decirles que necesitan tener respuesta a una pregunta, "por qué yo" es una pregunta recurrente, necesitan saber si fueron elegidas al azar o por el contrario había otra razón.

Por otro lado, la mayoría no buscan indemnización económica, buscar repar su daño, reparar su corazón o el alma.

Algunas buscan que mes pidan perdón, otras el arrepentimiento, pero sobretodo el derecho a saber por qué se han convertido en víctimas, por qué se les ha ejercido tanto daño.

Sean las faltas o delitos que sean las preguntas sin respuesta, siempre afectan a las víctimas.

Pero con delitos graves, homicidio, agresiones sexuales, agresiones fisfísi, violencia de género, el deseo de conocer y la necesidad de restaurar el daño, es fundamental.

Su importancia reside en el corazón o también en el alma, las heridas se quedan abiertas y tardan más en cicatrizar si no hay respuestas, si no tienen la oportunidad, una vez empoderararme de obtener respuesta, si no se reconoce su daño y en ocasiones se les pide con arrepentimiento perdón.

Entonces sin la otra parte, la herida sangra y es difícil la curación del alma. Sin entendimiento no hay curación.

El alma es espíritu, es la libertad de la persona, es la oportunidad de a pesar del dolor poder seguir adelante.

Sin respuestas, la herida no cicatriza y el alma no sana.

Desde la justicia restaurativa debemos de potenciar encuentros entre la víctima y el agresor, o una mínima comunicación para devolver el alma al corazón.

Desde la Psicología acompañamos en el dolor sabiendo que el dolor es difícil de sanar, que las cosas que nos ocurren no las podemos olvidar y que lo que nos ocurre en la vida a veces es una inaceptable, pues no hay nada en esta vida que justifique ejercer dolor a alguien, queriendo o sin querer, lo que nos hace humanos es reconocer nuestros errores y pedir perdón. 

Sin entendimiento no hay curación.


lunes, 6 de agosto de 2018

La tristeza y la ira son emociones adaptativas


Normalmente hablamos de emociones positivas y negativas, pero lo cierto es que todas las emociones son adaptativas.

Nuestro cerebro está hecho para la supervivencia, por tanto las emociones nos ayudan a ser capaces de adaptarnos al entorno.

La tristeza es la emoción que sentimos ante una pérdida de un ser querido o ante una gran decepción.
Hoy en día sabemos que las personas podemos morirnos de pena, de ahí la necesidad de expresar lo que sentimos.
Llorar es la expresión de la tristeza y muchas veces no nos permitimos llorar porque nos preocupa lo que puedan pensar los demás sobre nosotros.

Es necesario llorar para expresar el dolor que sentimos dentro, de lo contrario podríamos tener problemas psicológicos en el futuro.

La ira es la otra emoción que debemos de aprender a gestionar.

Expresar ira nos ayuda a hacernos respetar ante aquellos que intentan aprovecharse de nosotros, alejandonos de aquellas personas que tratan de aprovecharse de nosotros.

Expresar ira cuando la sentimos nos permite no llegar a cometer actos agresivos y muy violentos en el futuro.

Por eso todas las emociones, incluso aquellas que pensamos que son negativas, son necesarias para nuestro bienestar psicológico.

La capacidad de gestionar las emociones es lo que nos hace humanos.