viernes, 11 de noviembre de 2016

La familia


Muchos cambios han acontecido en las familias, como podemos ver hace unos años el concepto de familia era el de familia extensa, abuelos, padres, hijos, tíos, primos, todos formaban parte de la "familia".



En cambio ahora hay muchos tipos de familias, los padres con los hijos, las familias monoparentales, las familias reconstituidas, entre otras.

No sólo ha cambiado el concepto, también han cambiado los estilos educativos, hemos pasado desde un estilo autoritario, basado en un estilos de comunicación unidireccional, hipernormativo y punitivo, generando en ocasiones adultos violentos, la violencia genera violencia, o por el contrario adultos sumisos, acostumbrados a las órdenes y a la obediencia. A otro estilo permisivo, carente de normas, en el que se premia a los niños hagan lo que hagan, generando niños tiranos, que son violentos con sus familiares y adultos frustrados y agresivos.

El estilo sobreprotector, hoy en día también es común, el miedo a que a los niños les ocurra algo malo en una sociedad difícil y cambiante, ha convertido a los padres en temerosos y a sus hijos en dependientes psicológicamente y con una baja autoestima.

El estilo más olvidado, el estilo democrático o asertivo, normativo y con límites, que deja autonomía a los niños y permite un diálogo constante.

La familia institución social por excelencia, motor económico de un país, es la gran olvidada.

¡Propongo volver a la familia!

Los poderes públicos aseguran la protección social, económica y jurídica de la familia. Artículo 39 de la Constitución Española:

Los poderes públicos aseguran, asimismo, la protección integral de los hijos, iguales éstos ante la ley con independencia de su filiación, y de las madres, cualquiera que sea su estado civil. 

La ley posibilitará la investigación de la paternidad.

Los padres deben prestar asistencia de todo orden a los hijos habidos dentro o fuera del matrimonio, durante su minoría de edad y en los demás casos en que legalmente proceda.

Los niños gozarán de la protección prevista en los acuerdos internacionales que velan por sus derechos.

Propongo rescatar los valores de la familia, la verdadera educación, asumir nuestras responsabilidades.

Hemos perdido el diálogo familiar, el juego es un elemento simbólico, necesario para la socialización de los niños y necesario para la mejora de la comunicación, de la expresión de emociones y de las relaciones.

Nuestras excusas múltiples, estamos cansados, no tenemos tiempo, exceso de tareas, demasiados deberes, demasiada tecnología, el niño no quiere...

Estamos perdiendo también la ilusión en la familia, la risas, las cosquillas, las carreras por los pasillos, el hacer tonterías juntos y bailar.

Nuestra seriedad de adultos, nuestros problemas cotidianos, nos descentran de lo verdaderamente importante de nuestros abuelos, padres, hijos, dejando de disfrutar esos momentos que ya nunca volverán.

Debemos transmitir el verdadero mensaje a todos los miembros de la familia: "tú me importas".

¡Apostemos por devolver el valor a la familia!


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