jueves, 12 de enero de 2017

Yo sin ti me muero!


¡Cuántas veces escuchamos esta expresión: "yo sin ti me muero"!

Querer a otro comienza para quererse a uno mismo, la falta de autoestima, la creencia que nuestra felicidad reside en los otros, nos aleja cada vez más de la realidad.

Quizás resida en una cuestión de género, ya en la Biblia se dice que Eva nació de la costilla de Adán, dando a entender que la mujer está incompleta sin el hombre, de ahí la necesidad de dependencia.

Cuando eres adolescente la vida gira alrededor del noviazgo, cuando tienes novio gira entonces entorno al matrimonio o a la formalización de la pareja, cuando tienes pareja se espera el nacimiento del primer hijo y cuando tienes el primero, te preguntan cuándo la parejita.

Así nuestra cultura marca cada una de las etapas de nuestra vida.

Hace no mucho tiempo la palabra "solterona" era un término despectivo para hacer mención a la persona que no tenía pareja, porque hemos aprendido que debemos siempre estar en pareja.

Entonces nos volvemos dependientes emocionalmente de los otros y eso explica nuestro sentimiento de impotencia al sentirnos solos.

Lejos de lo cultural y sin ser cuestión de género el amor es dependiente cuando la autoestima es baja "quién me querrá a mí", "no seré capaz de encontrar a nadie más", "no puedo estar solo".

El refranero español ya decía "quien bien te quiere te hará llorar", "más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer" y nos lo tomamos al pie de la letra.

Le tememos a la soledad, porque no hemos aprendido a estar solos, no sabemos darnos el único cariño necesario para nuestras vidas, el nuestro.

Estar en pareja es querer compartir nuestra vida con los demás, no es depender de ellos, nuestra vida depende únicamente de nosotros, decidimos cómo somos y qué es lo que queremos hacer. Y no cambiamos por nadie ni los demás cambian, debemos aceptar cómo somos y cómo son los demás y ser únicos.

El amor no se compra se comparte, no duele despierta ilusiones, no es dependiente es compartido.

Debemos aprender a vivir con nosotros mismos, a valorar todas y cada una de las cosas que hacen, a amar lo que somos y lo que podremos ser, a compartir nuestros sueños sin renunciar a ellos por los demás.

Sin nuestro cariño no existe una buena relación de pareja, vamos a la deriva, perdemos nuestros objetivos y dejamos de saber quienes somos.

¡Es posible tener una buena relación sin renunciar a ti!

Muchos conflictos de pareja vienen derivados por la frustración de cada uno por intentar ser otro o dejar de ser uno mismo.

El amor nos hace libres, ¡vuela!


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