Estos días en las redes estamos manteniendo un debate en el que hablamos de si la Ley lo permitiese sería posible mediar en violencia de género.
Existen muchos tipos de violencia de género, es un tema muy difícil dada su complejidad y no se podría generalizar, pero es cierto que no sería mediable en el supuesto del maltrato psicológico realizado con un perfil psicópata.
Este agresor utiliza la manipulación y la maldad para conseguir su propio beneficio. No quieren a ninguna persona.
Vicente Garrido en su libro Amores que matan (2001) define al maltratador psicópata como aquel que miente de forma brillante y aparenta ser encantador. La capacidad de fascinar, de manipular, es una herramienta para conseguir sus intereses con las mujeres, es un interés instrumental, dado que los psicópatas no poseen la capacidad de enamorarse de ninguna mujer, se trata de lograr captarla por un objetivo, de explotarla, de exprimirla para conseguir sus fines.
Emplean su característico encanto superficial, locuacidad, sus habilidades manipulativas y demás rasgos que le caracterizan para conseguir tener otras relaciones incluso teniendo pareja estable. Este tipo de psicópatas utilizan diversas tácticas tanto para cazar potenciales parejas como para quitarles la pareja a otros que les sirvan de relaciones breves y superficiales, como tácticas para la retención de estas parejas durante un tiempo más prolongado con el objetivo de obtener beneficios aun siendo infieles.
Las fases que utiliza para conseguir su fin son:
1. Fase de acecho y seducción. En esta etapa usa la gran capacidad que tiene para encontrar y analizar los puntos débiles de los demás y fijar objetivos. Aborda a esa persona y la seduce a través de mentiras y su locuacidad creando así una falsa imagen de su persona ante ella. Generalmente busca personas con debilidades y propensas a caer en sus engaños.
2. Fase de aislamiento y cosificación de la víctima. La cara amable y seductora del psicópata va desapareciendo y aparece una actitud constante de aprecio/menosprecio, buscando un solo objetivo: la dependencia de la víctima. Además está la tendencia a cosificar a la víctima, tratarla como un objeto lo que se realiza a través de la humillación.
3. Fase de explotación: la fase anterior se intensifica y las agresiones son mayores, más graves y continuadas. Aumenta el menosprecio hacia la víctima desapareciendo casi por completo las muestras de aprecio. Usa las pocas muestra de afecto/aprecio para volver a atraer a su víctima que encontrándose en estado de confusión vuelve una vez más a creer sus mentiras y a confiar en el repitiéndose el ciclo.
4. Fase de liberación, acoso y abandono. Uno de los dos abandona la relación. En esta situación lo más habitual es que con el tiempo el psicópata siga intentando mantener el contacto con la víctima y la acose, tratando así de que vuelva a entrar de nuevo en el ciclo.
El perfil de la víctima se caracteriza por:
1. Vulnerabilidad: mujeres con un estado emocional delicado
2. Fascinación: son frecuentes los halagos y los regalos
3. Absorción: Consiste en que todos los pensamientos de la chica giran sobre él. Su trabajo, sus proyectos, sus amigos, todo es ahora secundario. Su dependencia emocional camina hacia su punto más alto.
4. Explotación: fase en el que aparece el desconcierto de la víctima
5. Revelación y horror: la víctima se da cuenta de la persona que es. El agresor consigue la dependencia psicológica de la víctima, produciendo angustia y bloqueos emocionales.
6. Liberación del agresor.
Para su prevención es necesario detectar la presencia de micromachismos:
-los micromachismos utilitarios, de índole utilitaria.
-Encubiertos: el objetivo es ejercer dominio, llevan a las mujeres a coartar sus deseos y a hacer lo que no quieren.
-Manipulativos: silencio, aislamiento, malhumor manipulativo. Pseudocomunicación, es una comunicación defensiva- ofensiva, engaños y mentiras.
-Coercitivos: expoliar su pensamiento, su tiempo o espacio y restringir su capacidad de decisión.
Una de cada 5 mujeres sufren algún tipo de violencia de género.
Existen lobos vestidos de corderos, con un comportamiento social aparentemente normal, si detectamos cualquier tipo de actitud o comportamiento de estas características debemos de tomar precauciones.
El apoyo a la víctima, creer que lo que nos cuenta es cierto es fundamental para evitar una segunda victimización.
El debate sigue abierto.