Congreso sin lugar a dudas sin precedentes, más de 400 personas reunidas en el Hotel Meliá las Palmas interesadas por todos y cada uno de los ámbitos de la mediación.
Quizá lo más innovador del mismo, fue el crear diferentes espacios y diferentes debates.
Dónde cada uno de nosotros manifestábamos nuestro interés e ilusión por un área, saliendo del mismo con ilusiones renovadas.
Fue el primer Congreso en el que realice una comunicación, ocho minutos para hablar de mediación comunitaria con menores.
Recuerdo que cuando llegué me preguntaron si tenía el power point, ¡no había hecho ninguno!, tuve que buscar el ordenador del hotel y la noche anterior diseñar lo que sería mi presentación, que nadie supo que fue totalmente improvisada.
En nuestro afán de conocer la mediación y a los mediadores, comenzó a salir entonces la vena colaborativa y tras invitaciones para la cena, recibimos una muy especial, una invitación para comer en casa de uno de los organizadores del Congreso.
A la mesa Josep Redorta, Jasone Mondragón, Javier Domínguez, Jordi Pérez y nuestros familiares.
Comida de gala en Maspalomas, hablando sin duda de nuestra pasión en común, de la gastronomía de la zona y del Carnaval de Maspalomas.
Tras visitar una vivienda donde curaban los quesos típicos de la zona, nos invitaron al carnaval, uno de los más antiguos de la isla, con la alegría y el desparpajo que les caracteriza, ¡grandes momentos innolvidables!, creando una vez más grandes lazos de amistad, que hoy aún perduran.
Magnífico congreso dónde guardo estos hermosos recuerdos y un magnífico libro, que sirvió de recopilatorio de todas y cada una de las ponencias, que se realizaron.
Fueron cinco intensos días en la isla, intentando aprovechar al máximo el conocimiento, el networking y el turismo.
Al escribir queda una cierta nostalgia, por aquellos Congresos desafiantes en el espacio y en el tiempo, dónde la crisis aún no se conocía.
La mediación no entiende de crisis, de distancia o de tiempo, pues el que creyó en su día que podía ser mediador, continúa siéndolo hoy.
Aquí os dejo mi comunicación de ocho minutos exactamente.
Introducción:
Los
problemas de relación entre los jóvenes y sus familias, los problemas
de comunicación y de violencia en los centros educativos, y por último
los problemas de convivencia en las calles, barrios o municipios,
retratan la realidad social en la que vivimos actualmente.
La Justicia de Menores no puede dar solución a cada uno de los
conflictos que surgen y en demasiadas ocasiones, se muestra desbordada
ante el gran número de demandas.
La Mediación Penal con menores es una alternativa positiva para responder ante estos conflictos.
Pero, es necesario, actuar en materia de prevención y desde el ámbito
comunitario, debido a que los menores de 12 a 14 años, no reciben ningún
tipo de intervención, pues la Ley Orgánica 5/2000, de 12 de Enero,
reguladora de la responsabilidad penal, no los contempla.
De igual manera, la actuación con menores a través del diseño de
programas de mediación comunitaria, evitaría en algunos casos, la
respuesta violenta o la realización de faltas por parte de los mismos.
Los programas de mediación comunitaria favorecerán un mayor diálogo
social y participación de los jóvenes en la comunidad en la que viven.
La Mediación Comunitaria con menores:
A finales de los años 70 se afianza lo que hoy en día se ha denominado Psicología de la Intervención Social.
La Constitución española de 1978 supone un cambio a nivel político y a
nivel social, y contribuye a que desde disciplinas diferentes se busquen
métodos para adaptarse al momento social y cultural que se está
viviendo.
La Constitución en el artículo 1º apartado 1 dice “España se constituye
en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores
superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la
igualdad y el pluralismo político.”
La sociedad es ahora más democrática y participativa, los ciudadanos
tienen derechos y deberes, pueden decidir, votar, manifestarse, expresar
su opinión.
Del mismo modo que los poderes públicos aseguran una serie de principios que mejoran el bienestar social.
La Psicología de la Intervención Social junto con otras disciplinas de
diferentes campos profesionales intenta dar soluciones a problemas que
afectan a las personas y a los grupos en una búsqueda de mejora de la
calidad de vida.
Importantes son las aportaciones, pero encontramos la necesidad de tener
más recursos para afrontar los cambios a los que se ve sometida la
sociedad.
La mediación puede ser uno de esos recursos.
La Mediación es un proceso de cambio y favorece la comunicación. La
Mediación Social facilita el diálogo entre los ciudadanos y la
administración, el Municipio demanda mayor participación, cooperación y
civismo desde el punto de vista democrático. La Mediación como proceso
de resolución de conflictos, nos dice que el conflicto también es
positivo porque genera una transformación de las relaciones que se dan
en la familia, la escuela, barrio, etc.
Todo lo anterior nos lleva a la concepción de Tonucci de Ciudad Educadora:
“la ciudad es el lugar dónde se desarrolla la vida, dónde se produce y
se consume, es el espacio de convivencia y de la soledad, es lugar de
encuentro y de anonimato. La ciudad educadora ha de ser el entorno dónde
la persona aprende de que forma ha de convivir con los demás y con uno
mismo, y de esta forma se va construyendo la persona y la ciudad”.
Poco a poco, como sociedad en continuo crecimiento hemos ganado
independencia, sabiduría, competitividad, pero hemos perdido en el
camino algo importante, algo que sólo podemos apreciar en algunas
poblaciones pequeñas, los valores, la solidaridad, el compañerismo, la
comprensión y el diálogo.
La falta de valores morales nos lleva al egoísmo, al individualismo y a la violencia.
Nosotros no nacemos siendo respetuosos, tolerantes y solidarios sino que aprendemos.
En los centros educativos se actúa con violencia cuando no se encuentran otras vías para solucionar los problemas.
Los menores, en ocasiones se muestran frustrados si no consiguen lo que
quieren y entran en una dinámica de agresión contra sus familiares o
contra aquellas personas que no están permitiendo los deseos de los
mismos.
Algunos de ellos han perdido el valor del respeto, invadiendo las aceras
con sus ciclomotores, siendo intolerantes con los mayores, destrozando
el mobiliario urbano, bebiendo en las calles o realizando algún tipo de
ruido.
La Ley Orgánica 5/2000, de 12 de Enero, reguladora de la responsabilidad
penal, no contempla ningún tipo de actuación con menores de 12 a 14
años.
La realidad nos muestra que están surgiendo muchos conflictos con
jóvenes de estas edades y que es necesaria la actuación, mediante el
diseño de programas de prevención de la violencia y de resolución de
conflictos.
Los ayuntamientos en su afán de acercarse más a los ciudadanos y de
adaptarse al cambio social pueden incorporar nuevas estrategias de
intervención que contribuyan a una mayor satisfacción y mejora de la
calidad de vida de los ciudadanos.
Xavier Jiménez del Ayuntamiento del Prat de Llobregat explica que con
las acciones cívicas y con la mediación en la comunidad se pretende la
aceptación de un código de vida social, fundamentado en la
interiorización de la cultura de la convivencia y el civismo, en lugar
de su transgresión. Constituyendo un referente de éxito de este nuevo
campo de la mediación.
Los programas son de carácter mediador porque permiten un diálogo entre
el autor y la administración, o entre el autor y su comunidad.
Algunos conflictos derivan de las relaciones entre los menores y sus
familias, como agredirles física y psicológicamente. Otros, surgen entre
los jóvenes y los vecinos, como los derivados del ruido de los
ciclomotores, estacionamientos en las aceras. Y por último, también
existen problemas entre los jóvenes y la comunidad a la que pertenecen,
como destrozar el mobiliario urbano, miccionar en la vía pública,
ensuciar las calles.
Las situaciones comentadas anteriormente, constituyen algunos ejemplos a
trabajar mediante los programas de mediación comunitaria.
En aquellos casos donde no proceda más que una amonestación o sanción
económica sin derivar a Fiscalía, los proyectos de mediación irán
dirigidos a sustituir las sanciones económicas por medidas educativas,
como una alternativa diferente de resolución de problemas, que implique
una cambio de comportamiento hacia los ciudadanos y la administración.
Del mismo modo, los jóvenes asistirán a talleres de mediación o de resolución de conflictos.
Los objetivos generales de los programas van dirigidos a:
- facilitar el diálogo entre los jóvenes y la administración
- educar en valores morales, civismo
- crear un clima de participación activa de los jóvenes en nuestra ciudad
- considerar la educación como proceso de cambio
- generar espacios de convivencia
- generar actitudes distintas a la agresividad y la violencia
- sensibilizar a los jóvenes sobre todos los temas que afecten a su localidad
- generar cambios de actitudes en los jóvenes hacia la policía local, la administración pública, los ciudadanos de la zona.
Los objetivos específicos de los programas van dirigidos a:
- sustituir las sanciones económicas por la asistencia a un taller de
resolución de conflictos y/o por una medida de reparación social
- enseñar a los jóvenes nuevas vías de solución de problemas desde el diálogo, la tolerancia y el respeto mutuo
- enseñar a las familias a utilizar la mediación para facilitar el diálogo y la transformación de las relaciones conflictivas
- disminuir el número de infracciones cometidas por los jóvenes
La metodología utilizada para la realización de los proyectos, se basará
en las aportaciones socioeducativas como enseñanza de pedagogías
cívicas, partiendo del principio de que la enseñanza implica cambio.
Y en el enfoque socioafectivo, que consiste en “vivenciar en la propia
piel” la situación que se quiere trabajar, para así tener una
experiencia en primera persona que nos haga entender y sentir lo que
estamos trabajando, motivarnos a investigarlo y, en definitiva,
desarrollar una actitud empática que nos lleve a cambiar nuestros
valores y formas de comportarnos, que nos lleve a un compromiso personal
y transformador (Cascón).
Con el fin de comprobar la eficacia de estos proyectos, será necesario la evaluación y seguimiento de los mismos.
El diseño de programas de mediación comunitaria con menores, adaptados a
las necesidades de cada municipio, comunidad, grupo o familia, nos
ayudará a comprender y conocer más sobre los jóvenes y a buscar nuevas
vías de solución de problemas, que respondan a las necesidades de
nuestra sociedad actual.
Bibliografía:
Baixauli, E.: “Proyecto de Mediación Comunitaria”. Ayuntamiento de Manises, 2001.
Cascón, P.: “Educar en y para el conflicto en los centros”. Artículo Cuardenos de Pedagogía, nº 287.
Jimenez, X.: “Accions cíviques i mediació a la Comunitat del Prat de Llobregat”. Mollet del Vallés, 1998.
Reina, F. y Gimeno, R.: “Las mediaciones en la comunidad. Una modalidad
de acción socioeducativa”. Barcelona . Artículo Revista Educació Social,
nº 8.
Reina, F.: “Las mediaciones familiares desde una perspectiva
socioeducativa”. Ponencia presentada en el Congreso de Mediación
Familiar de Valencia, 1999.
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